miércoles, 6 de julio de 2011

Fragmentos Complementarios Tiempos Modernos.

Ciertamente que el trabajo produce maravillas para los ricos, pero solo privaciones para el trabajador. Produce palacios, pero chozas para el obrero. Produce bellezas, pero deformidad. Sustituye el trabajo por máquinas, pero arroja una parte de trabajadores aun trabajo bárbaro y convierte en maquinas a la mayor parte. Produce espíritu, pero origina estupidez y cretinismo en el trabajador.
El trabajo es externo al trabajador, pues en el trabajo no se afirma, sino que se niega; no se siente feliz, sino desgraciado. Por eso el trabajador solo se siente en sí fuera del trabajo y en el trabajo, fuera de sí. Está en lo suyo cuando no trabaja y cuando trabaja no está en lo suyo. Su trabajo no es así voluntario, sino forzado. Por eso, no es la satisfacción de una necesidad, sino solamente un medio para satisfacer las necesidades fuera del trabajo.
De esto resulta que el hombre, el trabajador, solo se siente libre en sus funciones animales: comer, beber y engendrar, y en todo lo demás que toca a su atavío y habitación y, en cambio, en sus funciones humanas se siente como animal. Lo animal se convierte en humano y lo humano en animal.
Marx, Carl. Manuscritos económicos y filosóficos de 1844.



En cualquier tipo de tarea creadora, la personas que crea se une con su material, que representa el mundo exterior a él. Sea un carpintero que construye una mesa, un joyero que fabrica una joya, el campesino que siembra el trigo o el pintor que pinta una tela, en todos los tipos de trabajo creador el individuo y su objeto se tornan uno, el hombre se une al mundo en su proceso de creación. Esto, sin embargo, solo es válido para el trabajo productivo, para la tarea en que yo planeo, produzco y veo el resultado de mi labor. Actualmente en el proceso de trabajo de un empleado o un obrero en la interminable cadena, poco queda de esa cualidad unificadora del trabajo. El trabajador se convierte en un apéndice de la maquina o de la organización burocrática. Ha dejado de ser él, y por eso mismo no se produce unión aparte de la que se logra por medio de la conformidad.
Fromm, Erich. El arte de amar.



Los principios de la ciencia moderna estaban estructurados a priori de forma, que podían servir como instrumentos conceptuales para un universo de controles productivos que se ejercen automáticamente. El operacionalismo teórico vino al cabo a corresponderse con lo práctico.
El método científico, que conducía a una dominación cada vez más eficiente de la naturaleza, proporciono después también tantos los conceptos puros como los instrumentos para una dominación cada vez más efectiva del hombre sobre el hombre a través de la dominación de la naturaleza…
Hoy la dominación se perpetúa y amplia no solo por medio de la tecnología, sino como tecnología; y esta proporciona la gran legitimación a un poder político expansivo que engulle todos los ámbitos de la cultura. En este universo la tecnología proporciona también la gran racionalización de la falta de libertad del hombre y demuestra la imposibilidad técnica de la realización de la autonomía, de la capacidad de decisión sobre la propia vida. Pues esta ausencia de libertad no aparece ni como irracional ni como política, sino más bien, como sometimiento a un aparato técnico que hace más cómoda la vida y eleva la productividad del trabajo. La racionalidad tecnológica, en lugar de eliminarlo, respalda de ese modo la legalidad del dominio; y el horizonte instrumentalista de la razón se abre a una sociedad totalitaria de base racional.
Marcuse, Herbert (1964). El hombre Unidimensional.

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